Fernando Lugo fue excluido de las giras de Obama y Hugo Chávez por América Latina, es decir, no se le considera integrante de la constelación de satélites del imperio ni tampoco el bloque bolivariano.
Desde su llegada al gobierno de Paraguay, el cura Fernando Lugo sólo ha creado disturbios en el Mercosur, y ahora se prepara para hacer lo mismo con la UNASUR, aunque haya festejado antes de tiempo su ingreso al organismo supranacional.
El ingreso del Paraguay a UNASUR fue elogiado por el cura hace unos días, pero nuevamente hizo el ridículo al dar por hecho dicha adhesión antes de tiempo.
Esta semana la cámara de diputados de Paraguay aplazó el estudio de dicha medida, por lo tanto el ingreso del Paraguay al organismo multilateral no se consumó.
Diputados de la Cámara Baja consideraron que no se ha estudiado a profundidad el tema de Unasur, por lo que pidieron y aprobaron el aplazamiento de la discusión.
“Felicidades porque ya somos de Unasur”, había expresado anticipadamente el jefe de Estado, luego de conocer la votación de los senadores que permite dar curso a la incorporación de este país al bloque subregional. Sin embargo, el aplazamiento en diputados de hoy vuelve a ponerlo en ridículo.
Paraguay de Lugo, Cabecera del Plan Colombia
¿Cuál será el papel de Lugo en UNASUR? No es difícil deducirlo, considerando que desde su advenimiento al poder solo ha creado conflictos dentro del Mercosur y con otros paises latinoamericanos identificados por sus gobiernos de izquierda.
El primer encontronazo fue con la Nicaragua sandinista, cuando una ministra de Lugo (Gloria Rubin) conocida por sus vinculaciones con el National Endowment for Democracy, organizó un escándalo para desprestigiar a Daniel Ortega a raíz de las denuncias de la oposición que involucran a su hijastra Zoilamérica Narvaez.
Luego vinieron choques con Brasil y Argentina, y más recientemente con Bolivia.
En este contexto, la prensa local hoy publica que la CONARE (Comisión para Refugiados de Paraguay) ratificó el asilo concedido a Mario Cossío, un personaje investigado por la justicia boliviana por varios delitos, y antagonista declarado de Evo Morales. Intentando sostener su insostenible imagen de Falso izquierdista, el cura Fernando Lugo invitó a un encuentro con indígenas al presidente boliviano Evo Morales, pero fue desairado ya que el mandatario boliviano decidió no asistir.
Mal podría Lugo contribuir a la integración regional, si se considera los intereses a los cuales responde en el ámbito internacional.
El papel de cabecera de playa del imperio norteamericano que viene jugando el Paraguay en la región desde hace varias décadas, estuvo muy lejos de modificarse con el advenimiento al poder del cura Fernando Lugo. Más bien, el modelo de seguridad fue importado desde Colombia.
Las tempraneras visitas de Lugo y su ministro Rafael Filizzola a Uribe, ya a poco más de un mes de asumir en el 2008, dan la pauta de que jamás existió intención de separarse de la línea trazada por los gobiernos anteriores en materia de política exterior paraguaya. La sumisión a los designios imperiales seguiría gozando de muy buena salud, a pesar de la propaganda “bolivariana” que rodeó al escandaloso obispo.
Conocidos políticos anticomunistas, abogados de la oligarquía y propietarios de medios enriquecidos con la dictadura habían anticipado desde hace un tiempo sobre supuestos planes subversivos de la izquierda, con el objetivo de justificar la represión de contestatarios y la criminalización de la lucha social.
La aparición de un embrión de guerrilla fue aprovechada por el ministro del interior de Lugo para iniciar un profuso tráfico y comercio de armas con los chacales de Alvaro Uribe, calificado por la misma oposición colombiana de entonces como un “narco-paramilitar”, y vinculado por la misma prensa norteamericana (Newsweek) al negocio del narcotráfico. A partir de la aparición del EPP (guerrilleros que fueron aliados de Lugo durante su proselitismo), el gobierno luguista tuvo la oportunidad de escenificar lo que el analista francés Emmanuel Todd ha denominado “micromilitarismo teatral”, un nuevo fenómeno mundial usado por los gobiernos con dos objetivos principales: hacer olvidar problemas económicos y políticos fundamentales y transmitir a los gobernados el sentimiento de que el gobierno aún es necesario.
En este sentido, Lugo se consagró como un eximio imitador de Felipe Calderón.
Apenas habían transcurrido dos semanas desde la toma de posesión de Lugo, cuando el 5 de setiembre de 2008 la embajadora de los Estados Unidos en Paraguay, Liliana Ayalde, visitó al ministro del Interior, Rafael Filizzola. En la ocasión, la representante de George W. Bush enfatizó el interés de su país de “apoyar y acompañar los programas” de seguridad de Paraguay. La diplomática no descartó una cooperación para el fortalecimiento de la Policía Nacional, que se realizaría en el marco del Programa Umbral.
(Ver:http://www.abc.com.py/2008-09-05/articulos/447990/ee-uu-apoya-programa-de-segur )
La diplomática acotó ya entonces que hablaron de “algún posible apoyo a la Policía”.
Tampoco hubo la más mínima intención por parte de Lugo de modificar el rol de USAID en las instituciones públicas paraguayas.
Vehículos de la flotilla de USAID, con el logotipo norteamericano junto al del ministerio de Salud del Paraguay, son cotidianamente avistados por los ciudadanos paraguayos en la ciudad capital e interior del pais. El gobierno luguista defiende la soberanía paraguaya permitiendo a USAID manejar la salud pública, desarrollar proyectos experimentales, probar medicamentos no autorizados legalmente en EEUU y encarar programas de control de natalidad.
Esto último porque más fácil, obviamente, matar a guerrilleros del EPP en el vientre de sus madres que a través de las hordas bárbaras del ministro Filizzola. La verdad de lo que sucede en el país es fácilmente tergiversable si se considera que los medios de Paraguay responden a los intereses de conocidos personeros de la dictadura de Stroessner. El diario más leído, ABC color, es propiedad de Aldo Zucolillo, vinculado al NED y la SIP, además de ser un destacado ex operador del Plan Cóndor.
Aislamiento paraguayo
Los compromisos del cura con sus publicistas de ultraderecha y la embajada norteamericana, evidentemente, superan al declamado afán “integracionista”.
En efecto, desde su llegada al poder, el Paraguay se ha visto envuelto en todo tipo de conflictos con Venezuela, con Nicaragua, con Bolivia, con Argentina, con Brasil e inclusive con Estados Unidos. Los favorables vientos que soplaban en materia de integración regional fueron desplazados por el relacionamiento frío y conflictivo que ha impuesto como sello el otrora presentado como “teólogo de la liberación”.
Y quien siembra vientos, lógicamente, cosecha tempestades. En este caso, cosecha aislamiento internacional, incentivado desde los medios de prensa que se constituyeron en sus aliados electorales fundamentales, en su mayoría de tendencia ultraconservadora.
El distanciamiento con el chavismo se explica fácilmente por los estrechos vínculos de varios publicistas y ministros de Lugo con el National Endowment for Democracy, fondo conservador y anti-comunista que financia y asesora a varios grupos de la oposición venezolana, particularmente aquellos que ejecutaron el golpe de estado de abril de 2002 contra Hugo Chávez, para luego dedicarse al sabotaje y lockout.
Fernando Lugo fue excluido de las giras de Obama y Hugo Chávez por América Latina, es decir, no se le considera integrante de la constelación de satélites del imperio ni tampoco el bloque bolivariano. ¿Qué contribución puede realizar un personaje tan claudicante y presionable a la causa de la integración regional?
Dijo Simón Bolivar que “la unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino", aunque también advirtió con bastante clarividencia que “ "Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad".
Lo confirma su agente el cura Fernando Lugo, un perfecto presente griego del imperio a la causa bolivariana. LAW
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