Mientras se gana algo, nada se pierde, escribió Cervantes, y tal parece el lema de los actuales administradores del erario público en Paraguay.
El obispo-presidente de Paraguay, Fernando Lugo, presentó esta semana ante el Congreso un proyecto de ley para conceder el manejo de importantes rutas del país al sector privado.
Se trata de tramos de tres importantes rutas internacionales, las cuales serán literalmente privatizadas por el supuesto izquierdista, y son las que unen el triángulo entre Asunción, Ciudad del Este, en la frontera con Brasil, y Encarnación, en la frontera con Argentina.
El gobierno estima que en dichas rutas faltan obras por un valor aproximado de 450 millones de dólares, por lo que el proyecto contempla autorizar a las empresas privadas el cobro de peajes para la financiación de las mismas.
Fernando Lugo incluso visitó el Parlamento para defender el proyecto de concesión de varias rutas. La privatización de rutas despertó críticas de diversos estamentos, que consideran que el hecho encarecerá ostensiblemente la circulación. Los tramos que se darán al sector privado son las rutas 1, 2 y 6, que forman el triángulo vial que une Asunción, Ciudad del Este y Encarnación.
Casi en forma simultánea al proyecto de privatizar las rutas, manifestantes protestaron por semáforos en los accesos de la ciudad, con los cuales amigos del clérigo-presidente lucran con las multas. Según las quejas de la ciudadanía, la concesión de la explotación de multas es una retribución del obispo a contribuyentes que aportaron para su campaña proselitista.
“SECTOR PRIVADO”, DE PARABIENES CON OBISPO DE LOS POBRES
El presidente del Congreso, Miguel Carrizosa, oriundo del sector empresarial que engordó con la dictadura anticomunista, consideró ayer “loable” que el Gobierno apueste al sector privado para el tema de concesiones de rutas, y no solamente hacer todo vía endeudamiento externo. Sin embargo, no hace mucho legisladores se auto-alabaron por su presunto patriotismo, dado que aprobaron créditos que solo significarán más endeudamiento al país.
Un buen ejemplo de la mentalidad atravesada por el neoliberalismo, donde se considera “patriótico” endeudar al país.
Otra generosa concesión al sector privado realizó en estos días el obispo, prorrogando la concesión de la quiniela por tres meses, debido a que no puede resistir las presiones de las mafias interesadas en controlar los juegos de azar.
La prórroga de la concesión por 100 días más a la empresa Repsur privará al Estado de recaudar, como mínimo, US$ 600 mil (G. 3 mil millones) en los próximos tres meses, en concepto de canon por la explotación de la quiniela. Este resultado se obtiene tomando en cuenta solo la base mínima de G. 4 mil millones de canon establecido por la Comisión Nacional de Juegos de Azar (Conajzar) para el próximo concesionario. Lo dijo Santiago Rusiñol: El juego es altamente moral, pues sirve para arruinar a los idiotas.
EDUCACIÓN Y SALUD POSTERGADOS
El presupuesto de gastos del Estado paraguayo para 2010, que contiene importantes recortes para algunos sectores, entre los que están Salud y Educación, origina preocupación y malestar dentro del gobierno de Fernando Lugo.
Varios miembros del gabinete hicieron llegar sus criticas al ministro de Hacienda, Dionisio Borda, quien es el promotor de un reducido plan de gastos, basado en cálculos de ingresos limitados para el próximo ejercicio.
El titular de la cartera de Educación y Cultura, Luis Alberto Riart, anunció que deberá apelar a la caridad internacional para evitar la suspensión de programas en 2010.
El Poder Ejecutivo remitió un anteproyecto de ley de la previsión financiera del Estado al Congreso, por unos siete mil millones de dólares, la cual no contempla una serie de ítems presentados por las distintas reparticiones dependientes del erario público.
Mientras, fuentes legislativas de la comisión de Presupuesto, a cuyo estudio se derivó el proyecto de previsión de gastos del año próximo, anticiparon que habrá nuevas y "significativas disminuciones", por lo que se prevén más protestas de los afectados.
En medio de la polémica desatada, el ministro Borda informó este lunes que remitirá urgentemente al Congreso un agregado al proyecto de presupuesto original, por unos 31.6 millones de dólares, para cuatro entidades estatales.
El agregado favorecerá a la Secretaría de Acción Social (12 millones de dólares más), los Ministerios del Interior (13 millones) y de Salud Pública (5.6 millones), y el Banco Central del Paraguay (Un millón de dólares más).
El presupuesto de 2008 fue de tres mil millones de dólares y este año subió a cinco mil millones de dólares.
En Paraguay, el 38 por ciento de sus 6.2 millones de habitantes es pobre y dentro de esa franja, el 20 por ciento está en la miseria, según cifras oficiales.
UN DOMINGO CAVALLO EN EL GABINETE DEL OBISPO
Una de las medidas más sorprendentes del efímero gobierno del presidente Fernando De la Rúa en Argentina fue nombrar ministro de economía a Domingo Cavallo. Se pretendía sortear así la recesión que sufría el país desde 1999, olvidando todo lo que habían criticado a Menem, fuertemente identificado con las políticas económicas de Cavallo, a lo largo de la campaña proselitista del Frepaso.
Las medidas del economista de Harvard pronto mostraron su ineficacia para De la Rúa y resultaron ser sumamente impopulares, especialmente el corralito que restringía la extracción de dinero de cuentas corrientes y cajas de ahorro, tomada en noviembre de 2001. A raíz de dicha determinación, un estallido espontáneo se desató la noche del 19 de diciembre exigiendo la renuncia de Cavallo, minutos después de que el presidente anunciara por los medios que había declarado el estado de sitio. Al día siguiente, los disturbios también obligaban a renunciar al presidente de la Rúa, quien no había logrado entenderse con su vicepresidente el “Chacho” Alvarez, que había abandonado meses antes el gobierno. De esta manera, el peronismo recuperó el gobierno a pesar de perder las elecciones el año anterior y completó el período de quienes lo habían derrotado en las urnas.
Por la misma senda de Fernando de la Rúa transita el gobierno del obispo Fernando Lugo, quien convocó para dirigir el área económica y tributaria del país a Dionisio Borda, de nefastos antecedentes como ministro de Hacienda del presidente Nicanor Duarte Frutos, etapa en la que atacó la pequeña empresa, hostigó al pequeño comerciante y a los trabajadores por cuenta propia, buscando justificarse ante el Fondo Monetario Internacional y olvidando a su propio pueblo. Allanándose a las imposiciones del FMI, Borda llevó la pobreza hasta grados insostenibles, al punto que el deterioro económico que generó con sus políticas acabó tumbando a un partido que llevaba 61 años ganando cómodamente las elecciones en Paraguay. LAW
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