FERNANDO LUGO: EL OBISPO, LA IZQUIERDA Y LAS MAFIAS IMPUNES
En una pésima elección para la supuesta izquierda, que sólo logrará con mucha suerte dos o tres de los 44 escaños en el Senado, finalmente se impuso el Obispo Fernando Lugo en las elecciones paraguayas de este 20 de abril. Lo hizo con el respaldo de dos de los principales referentes del neoliberalismo en Paraguay, el colorado disidente Luís Alberto Castiglioni y Federico Franco (Federico Fraude según sus correligionarios), con la notoria asistencia del embajador norteamericano James Cason, la prensa paraguaya subsidiada por la National Endowment for Democracy y la complacencia del líder católico Joseph Ratzinger.
La filiación de todos estos puntales del candidato ganador, que curiosamente aparece en la prensa internacional como de izquierdas, auguran tan pocos cambios en Paraguay como el Senado donde 41 o 42 de los integrantes serán de la derecha, y donde los tres senadores restantes, presentados como izquierdistas, son personajes vinculados a USAID, a la IAF y a la embajada norteamericana de Asunción. Se trata un candidato por el Pmas, grupo financiado por donaciones de embajada norteamericana a la ONG Casa de la Juventud, un candidato de Tekojoja, agrupación que recibe fondos de USAID, y un candidato del Partido País Solidario, con una larga historia de colaboración con los intereses del imperio en Paraguay.
La casi docena de partidos de izquierda restantes que apoyaron al candidato ganador, hicieron de convidados de piedra en esta elección logrando ínfima cantidad de votos.
El parlamento se dividirán entre colorados, entre ellos un nieto del dictador Stroessner, los políticos de tendencia neoliberal que predominan en el Partido Liberal, los neo fascistas aglutinados por el ex general Lino Oviedo y la derecha católica y plutocrática del Partido Patria Querida. Gran parte de los votos que dieron la victoria a Lugo fueron aportados por los colorados de la región de la Triple Frontera, enfrentados con el oficialismo de su partido, en su mayoría facinerosos dedicados al contrabando, el tráfico de armas y de estupefacientes.
Muchos conocidos referentes de la dictadura del general Stroessner, seguidores de Castiglioni, dieron un importante volumen de votos para el triunfo del religioso jubilado, lo que hace presumir compromisos para mantener impunes un enorme listado de abusos contra los derechos humanos.
Los notorios ganadores en esta elección son los referentes de las mafias que predominan en la prensa del país, la mayoría de ellos jerarcas de la SIP vinculados a negocios ilícitos durante la dictadura anticomunista de Stroessner, entre 1954 y 1989.
El obispo tendrá que sortear enormes obstáculos para gobernar si desea sanear el estado, rodeado como está de estos oportunistas con nefastos antecedentes en materia de corrupción, y comprometido con las mafias que le aportaron recursos y votos.
Eso si un pacto entre las fuerzas de la derecha que dominan el parlamento le permiten culminar su período hasta el año 2013.
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