sábado, 13 de marzo de 2010

FERNANDO LUGO Y LAS EFICACES GOLOSINAS DEL NATIONAL ENDOWMENT FOR DEMOCRACY

FERNANDO LUGO Y LAS EFICACES GOLOSINAS DEL NATIONAL ENDOWMENT FOR DEMOCRACY

Logotipo de USAID en oficina que maneja salud pública en Paraguay



National Endowment for Democracy está presente en el gobierno del Obispo Fernando Lugo, ya que sus principales referentes en Paraguay, Humberto y Gloria Rubín(*), acompañan al gobierno del clérigo presidente.

Es obvio que de alguna utilidad resulta nuestro héroe ensotanado al imperio.

LAS EFICACES GOLOSINAS DE LA NED

Es normal ver en las producciones cinematográficas de Hollywood, a los estadounidenses sobornando a un tercermundista con un chocolate u otra golosina, imagen estereotipada que aunque chocante y ofensiva, no suele despertar ninguna reacción adversa en el público latinoamericano.
Precisamente, ese público que visita las salas de cine para exponerse al arma de celuloide, como la definiera el crítico de cine David Manning, constituye el segmento de la población que suele ser el más acomodado y con mayor contacto con las culturas de los países desarrollados.Y las “golosinas” en billetes de tinte verde, desagraciadamente, son aceptadas sin muchas reservas por su parte cuando las tienen a su alcance , que es lo que viven soñando.
Las golosinas son infalibles, y la historia lo demuestra. En Bulgaria funcionaron, cuando un gobierno comunista logró un abrumador respaldo en las elecciones de marzo de 1991, seguido inmediatamente de dos meses de generalizada intranquilidad incluyendo manifestaciones callejeras y una huelga general que duró tres semanas y que finalmente condujo al colapso del nuevo gobierno en junio. La NED estaba ahí también concediendo ochenta mil dólares al movimiento obrero y veintitrés mil “para apoyar el entrenamiento del partido y programas de educación cívica”.
En marzo de 1992 se celebraron nuevas elecciones. Durante la campaña electoral los estrategas políticos y diplomáticos estadounidenses, incluyendo al embajador, acompañaron abiertamente al candidato del Partido Democrático (el principal opositor a los comunistas) en sus recorridos por el país y llevaron el mensaje que decía, franca y explícitamente, que si los comunistas ganaban de nuevo no habría ayuda norteamericana, y “muchos de los inversionistas y gobiernos occidentales van a dirigir sus ayudas hacia otros lugares”. La NED, una vez más, estaba allí con toda clase de golosinas para “los chicos buenos”, incluyendo automotores del año. Los del Partido “Democrático “ se alzaron con la victoria, pero tenían hipotecado su triunfo a quienes los financiaron.
Las golosinas también funcionaron en Paraguay, cuando con una hipocresía sin límites, Washington decidió deshacerse de la dictadura de Stroessner, la misma a la que habían munido de fondos y represores. Para mayor vergüenza, apelaron para desarrollar la “lucha” contra el régimen de la fase Terminal, a un pequeño grupo de antiguos propagandistas del dictador que aunque debían sus medios de comunicación al régimen, no se pudieron resistir a la tentadora traición al contado.
Más adelante funcionaron, cuando a la administración Reagan se le antojó deshacerse de los sandinistas, y arrojó mil millones de dólares sobre la “sociedad civil” nicaragüense para posibilitar el triunfo de Violeta Chamorro.
Más recientemente, financiaron los disturbios en Venezuela, y hoy los vemos arrojar leña al fuego de la desestabilización en Bolivia, o sufragando el hostigamiento al gobierno de Argentina con sus fundaciones y organizaciones no gubernamentales.
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(*) Poco más de treinta años después de iniciada la dictadura, Humberto Rubín descubre que el general Alfredo Stroessner no era un demócrata, sino un "deslustrado déspota". Inmediatamente cruza a la vereda de enfrente para convertirse sin más trámites en un ferviente demócrata y en un cliente privilegiado de la “National Endowment for Democracy”. Desde 1986 Rubín pudo comprobar que ser "demócrata" era tan rentable como lo fue en otro tiempo el negocio de la adulonería.

A diferencia del propietario de "Radio Ñandutí", los campesinos siempre recibieron tortura y plomo por alzar su voz de valiente contra la dictadura y no hubo para ellos lluvia de dólares de la NATIONAL ENDOWMENT FOR DEMOCRACY, de donde en 23 meses "emigraron" 342.000 dólares para Radio Ñandutí

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